lunes, 18 de abril de 2011

Guaraníes

Zona donde habitaban
Ubicación de los guaraníes
Los guaraníes son un pueblo indígena de América del Sur que viven en el noreste de Argentina, en las provincias de Corrientes, Misiones, Entre Ríos y parte de Chaco y Formosa. También se encuentran en el sur y suroeste de Brasil.
Aún así, la mayor parte se ubica en la cuenca del río Paraguay, donde constituyen el 65% de la población y su lengua es la más empleada.

Vestimenta
Pintura en hombres
Los hombres prácticamente no usaban ropa, en cambio las mujeres usaban una especie de tapa triangular de plumas o algodón tejido por ellas mismas. 
Luego de la llegada de los misioneros los hombres comenzaron a utilizar un chiripá y una especie de taparrabos, confeccionadas con hojas del maíz y fibra de algodón. Las mujeres comenzaron a utilizar el typoi que era una túnica de algodón sin mangas, hasta los tobillos. Para los días fríos se utilizaba el killapy'; una especie de manto hecho con pieles.
Vestimenta
Tanto los hombres, como las mujeres utilizaban adornos, tatuajes con pinturas fabricadas con la mezcla de especies vegetales, complementado con plumas de aves, amuletos colgando en el cuello, collares confeccionados con huesos de animales y semillas. Era también muy habitual pintarse el cuerpo con rayas y puntos de colores según la ocasión.
Se adornaban los jefes con pectorales de bronce o plata, capas de plumas de colores, tocados y brazalestes de plumas en sus ceremonias.
Los varones a partir de la pubertad llevaban una especie de clavo (de madera, hueso o piedra) ensartados debajo del labio inferior y las mujeres en las orejas.

Arco y red para la pesca
Desarrollo tecnológico
Confeccionaban sus propios utensillos para cocinar, comer y tomar agua en arcilla; eran excelentes alfareros. 
En cerámica fabricaban hornos, pipas para fumar tabaco, etc. Usaban la corteza de los árboles para fabricar recipientes de diferentes formas. Estos recipientes se usaban para transportar las cosechas desde el campo y para guardar adornos o ropa. Confeccionaban con madera sus cucharas, morteros para moler el maíz para formar harina, bancos para sentarse y platos. 
Se dedicaban a la caza, la pesca, la recolección de plantas comestibles y a la agricultura. Sus armas eran el mazo, el arco y las flechas y dormían en hamacas tejidas en sencillos telares verticales. Realizaban cerámicas lisas y otras decoradas de negro y rojo con motivos geométricos.

Arquitectura
Construyeron grandes casas comunitarias, llamadas oga, hechas con troncos y hojas de árboles. En ella habitaban varias familias relacionadas y albergaba de cincuenta a doscientas personas. Las aldeas se formaban con cuatro y hasta ocho casas, y se rodeaban con empalizadas. Sus muebles consistían en banquitos de madera, hamacas y catres para dormir.
Vivienda de los guaraníes
Los primeros cronistas españoles, admiraron y elogiaron las magnificas ubicaciones de las ciudades guaraníticas, y tanto es así que los propios conquistadores las tomaron como asiento para sus fundaciones, adoptando la práctica de la empalizada para su defensa.
En las regiones guaraníes del norte, las casas eran más pequeñas, cilíndricas y con paredes de barro y paja.

Escritura
El pueblo guaraní no poseía escritura antes de la conquista de América en el siglo XV, pero contenía en su expresión oral una estructura gramatical propia. 
Después de la conquista y la alfabetización jesuítica en la región de las misiones guaraníticas, en las comunidades, se graficó la lengua guaraní con la estructura gramatical insipiente en la sociedad hispana. Estos jesuitas fueron los primeros en escribir textos en guaraní, usando el alfabeto latino.

Producción literaria
Los textos guaraníes fueron ignorados hasta 1914, fecha en que Kurt Nimuendaju Unkel, un antropólogo alemán, publicó un corpus recogido entre los Apapokúva-Guaraní, de la frontera brasileño- paraguaya bajo el título de "Die Sagen von der Erschaffung und Vernichtung der Welt als Grundlagen der Religion der Apapokúva-Guaraní", que significa "Leyenda de la creación y la destrucción del mundo como fundamento de la religión de los Apapokúva-guaraní".
En Paraguay, los textos Apapokúva fueron conocidos recién en 1944, cuando Juan Francisco Recalde publicó en San Pablo la traducción al español y al guaraní paraguayo bajo el título traducido de Leyenda de la creación y juicio final del mundo como fundamento de la religión de los Apapokúva-Guaraní.
La recolección de los textos Apapokúva ha sido posible gracias a la integración de Kurt Unkel a ese grupo guaraní, que le adoptó en 1906 como miembro. Aparte del valor literario intrínseco, los textos recogidos por Nimuendaju, tienen el gran mérito de haber revelado la existencia de una rica producción literaria guaraní, hasta ahora desconocida. También aclara algunos conceptos religiosos (por ejemplo, sobre la existencia de un Dios creador y sobre la cosmogonía que pretende dar respuesta al origen del universo y la humanidad), que relacionó los datos dispersos recogidos por los primeros cronistas.
En el año 50, el antropólogo paraguayo León Cadogan, realiza una compilación titulada Ayvu Rapyta, es decir, El Fundamento del lenguaje humano. Es considerado el texto mítico más importante de los indígenas guaraníes, donde se relata la creación de las llamas y la neblina, el amor al prójimo, la creación de los cuatro Padres de la Palabra y de sus esposas.
Otra labor de León Cadogan fue el corpus Ywyrá Ñe'ery, que significa, Del árbol fluye la palabra. Estos dos corpus son los más estructurados que existen en la literatura guaraní.
 Los textos guaraníes más importantes, en cuanto a su calidad como cantidad, son los de Mybá, llamados Jeguakáva Tenondé Porangue'i, es decir, "Los últimos primeros adornados". Relata sobre un grupo, que habiendo rechazado el contacto con la cultura occidental, pudo conservar sus tradiciones mítico-religiosas frente a las influencias cristianas.
Los poetas de este grupo cultivaron una poesía que adoptó las formas clásicas de la lírica española como el Romance.

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